Vuelvo después de un mes sin escribir.
Este curso que finaliza, realmente, me ha aportado mucha luz, mucho discernimiento acerca de quién soy. Mira que pensaba que algo sabía sobre mí misma, pero siempre se pone difícil cuando hay que subir al siguiente nivel. Este curso elegí seguir remando a contracorriente.
Creo que todo es mucho más fácil de cómo nos lo planteamos, en torno a nuestras decisiones, pero es muy difícil dejar de elegir lo que crees que es correcto versus la “locura” aparente que te pone tras las cuerdas; y hay la misma distancia de caída que de paisaje expansivo ante nosotros cuando abrazas esa decisión.
Para quien apenas comience a leer y no me conozca, una de las vías por las que me suelo identificar es a través de mi profesión: soy actriz/cantante… El arte es mi maleta de viaje, pero llevo un curso trabajando en oficina (entre otras muchas cosas), después de haber tenido una época teatral, no increíble pero sí muy fructífera. Imagino que sentí pánico del ¿Y ahora que esto es real, qué ocurre? ¿Será más fácil abandonar que seguir luchando? La estabilidad económica ganó la partida, por lo tanto, escogí el trabajo que me vino casi como por arte de magia y me facilitaba una tranquilidad financiera.
Decidir elegir la estabilidad, el contrato indefinido, ha sido una buena elección. Me ha permitido pagarme un máster y poder mantenerme en Madrid de manera independiente (cosa que cada vez se vuelve más compleja en esta ciudad). Por otro lado, no he estado desligada de mi ámbito (las artes escénicas), pero la jornada laboral me ha dejado sin tiempo, sin espacio.
Nuestra generación está deshaciendo la cultura del “trabajo sacrificado por llevarse el pan”, cambiándolo por una búsqueda de la calidad del tiempo invertido en cosas que amamos; no sé si está bien o mal, pero miramos la vida de manera diferente y es parte de un transcurso evolutivo generacional. Hay que subirse a ese carro del tiempo; creo que es lo inteligente y lo que a nivel de “masa” nos hará transformarnos como sociedad.
Este “sacrificio” ha sido la razón por la que dejé de escribir, porque me quedé sin tiempo para expandirme en otros ámbitos que no fuese el laboral. Me quise proteger abandonando todo lo que me ha hecho feliz en este año de clausura en muchos aspectos. Ningún sentido, pero tenía que elegir y elegí.
Mi cuerpo me habla, continuamente. Me volvieron mis problemas digestivos, mis eccemas en la piel. Pero no quiero quejarme, por eso me fui de Substack, porque no podía aportar algo luminoso y aunque la oscuridad forma parte de la vida y yo suelo intentar mostrarla, hay veces que tenemos que bajar el telón porque energéticamente hay que volverse a regular. Una cosa es mostrar lo crudo de la vida, otra escupir la rabia a otros. Por eso escribo poesía imagino, porque te puedes expresar de manera hermosa y escupir barbaridades, pero estas cartas no siempre son poéticas. Y la poesía, además de hermosa, es cruda.
En este último mes he tocado fondo y he vuelto nacer. He tomado decisiones, por supuesto. Nada nuevo bajo el sol, si fuese un arcano del tarot estaría en “La muerte” en este camino del héroe que empieza en el “El Loco”. Me dirijo a la estrella, o así lo siento.
Dentro de este curso también he estado ciclando con la Luna y con Venus, de manera más o menos consciente. Venus estaba surfeando su inframundo, desaparecida del cielo de la mañana. En esta luna nueva en cáncer de este fin de semana, se da el último beso con la luna en la oscuridad. He estado completamente desconectada de este proceso, es decir, de mí misma, pero ahora siento que cobra todo el sentido. Mi Venus (mujer, amante, artista) da su último abrazo a mi Luna (madre, cobijo, red, aguas) para volver a salir a la luz cada mañana en mi trocito de cielo.
¿Algunx siente que ha pasado por este mismo proceso?
Esta Luna nueva en cáncer, me hace estar más en red conmigo misma. Me siento muy plena con las decisiones que he ido tomando, pero tengo un vértigo que me recorre el estómago cada día. Ya contaré cuáles son el tipo de decisiones que he ido tomando.
Estar en red con una misma, el ser fiel a una misma, conectada a una misma. Cuando eres honesto con quién eres, con tu esencia, la corriente fluye. Este año he intentado de nuevo convertirme en la persona que se supone que tengo que ser para mantenerme sostenible en esta sociedad, en mi familia, en el sistema y sí, me ha facilitado una economía, y está muy bien. Me siento completamente agradecida. He encontrado personas que son tesoros que me han invadido de amor durante estos meses, niñxs que me hacen de espejo y me demuestran cada día cómo quiero realmente enseñar, pero yo no pertenezco a esquemas establecidos.
No sé si económicamente es sostenible, lo que no es sostenible (al menos en mi caso) es vivir siendo una persona que no soy. Por otro lado, mis talentos se me han mostrado con una lucidez implacable y lo mismo mis defectos. Qué difícil es dedicarte a algo que no hace bailar a tus vértebras.
Qué lucha más pesada, la de una con una misma, por intentar encajar en el molde. El molde me queda pequeño por todos lados. No soy esa persona.
Me queda confiar en mí, en mis talentos y saber que puedo generar abundancia a través de ellos. Quizá hay que moverse, no siempre los talentos de una se encuentran en los mismos espacios físicos de nuestro mapa cotidiano y no siempre se encuentran indagando fuera, en el mundo físico, si no dentro.
No sé cómo lo voy a hacer, pero me empiezo a sentir viva después de muchos meses de clausura luchando por algo a lo que no pertenezco.
Por otro lado, recuerdo que tengo otra sección en Substack: “El escondite de las ranas”. Un podcast sobre personas anónimas que nos hablan de su cotidiano, de su forma de mirar el mundo y ver la belleza. Seguiré haciéndolo lo añadiré a mis post habituales en vez de en una sección diferente.
He pensado que voy a añadir también una sección musical, de la banda sonora de mis semanas. Cuando imparto clases, la música es parte esencial para conformar la atmósfera necesaria para que el trabajo sea productivo y enriquecedor. Aquí va mi canción. Serán muy variadas porqué así soy yo, y en este caso flamenquita, porque ahí reside mi esencia:
Feliz luna nueva, siembra de intenciones y comienzo del verano.
Con amor,
Isabel Pamo
Poesiabelsa
Que bueno leerte de vuelta y escucharte asiiiiii "me gusta saborear las cosas mas pequeñitas, las cosas mas chiquititas" !!!!
Feliz luna nueva, es hermoso leer como te acompañas, como eliges conscientemente, asi sea un poco caótico el proceso, es parte de. Gracias por tu arte, Saludos!!!